Adriana Bórquez se hizo acreedora de la primera entrega del Premio a la Defensa de los DDHH, sencillo reconocimiento entregado por el Programa de DDHH del Departamento de Psicología de la UCM a quienes han luchado y constituyen referente respecto de la defensa y promoción de los DDHH en la Región del Maule
Discurso de entrega del premio, en el contexto de las 1as Jornadas Regionales de DDHH (2012), pronunciadas por el coordinador del Programa de DDHH y Coordinador del Evento, el académico Harún Oda:
Autoridades académicas,
representantes de organizaciones públicas y de la sociedad civil, estimados
colegas, queridos estudiantes y público asistente. Muy buenos días.
Como coordinador del recién creado
Programa de Derechos Humanos del Departamento de Psicología de la Universidad
Católica del Maule quisiera compartirles que de algún modo esta es la
materialización de un sueño, y que como tal se ha puesto metas altas, relativas
a incorporar, ya de manera explícita la temática de Derechos como parte
sustantiva del accionar del departamento. Son, como señalaba, metas ambiciosas,
pero que consideramos urgentes, puesto que creemos que no es posible concebir
una formación académica alejada de ciertas bases mínimas concordadas por la
humanidad, tras décadas de discusión de la comunidad internacional y a la
sombra de millones de muertes y sufrimientos indecibles a nivel global, como
son los derechos fundamentales de hombres y mujeres de este, nuestro planeta. Ese
es el fundamento de nuestro Programa de DDHH y nuestros objetivos son:
-
La Promoción y Formación en los Derechos Humanos, con énfasis
en la difusión del Enfoque de Derechos y la difusión del reconocimiento en
Chile de estándares internacionales de derechos humanos incorporando una mirada amplia de la temática de Derechos que considere
junto a los Derechos Civiles y Políticos, los Derechos Económicos, Sociales,
Culturales y Ambientales. Transversalizando dichos contenidos tanto en la
formación de Psicología en pregrado, diplomados, cursos de especialización,
extensión y postgrado.
-
Segundo, el Desarrollo de investigación vinculada a Derechos
Humanos, poniendo énfasis en la realidad regional en su más amplio espectro,
incluyendo temáticas de Memoria y Reparación, Derechos e Infancia, Derechos y
Educación, Derechos y Salud, Género, Contextos Vulnerables, Diversidad y
Ciudadanía
-
Por último, la vinculación con el Medio, haciendo del
Programa una interfaz efectiva para el diálogo, el debate, la formación y
difusión de la temática de Derechos Humanos a nivel regional, articulando redes
entre distintos programas, organismos y agrupaciones tanto estatales como de la
sociedad civil relacionadas con el tema.
Los DDHH son universales,
indivisibles e irrenunciables, deben tender al incremento progresivo, es una
obligación de los Estados cautelarlos y garantizarlos y son, qué duda cabe, la
carta de navegación moral más básica y consensuada de nuestras sociedades
actuales. En momentos en que se habla de colapso del modelo, de cuestionamiento
de sentido e incluso de crisis de civilización, en momentos en que la ciudadanía
ha hecho del activismo y la movilización social su estrategia para demandar
cambios profundos en la forma de articular las relaciones sociales, los DDHH
surgen como un faro imprescindible para orientar la marcha y hacer prevalecer
ciertas reglas fundamentales, como cánones o criterios de humanidad.
No creemos que baste con generar
espacios académicos para librar esta batalla, sabemos que este Programa no es
más que una pequeña trinchera, local, larvaria e insuficiente, pero
consideramos con optimismo y convicción que la posibilidad que nos da el rol de
educadores nos abre infinitas oportunidades multiplicadoras, en nuestros
estudiantes y colaboradores, de generar pasos ciertos hacia la promoción de una
Cultura de los Derechos Humanos. Galeano nos susurra: Muchas cosas pequeñas, hechas por gente pequeña, en lugares pequeños, pueden cambiar
el mundo.
Tenemos la profunda convicción que
los DDHH no son un tema privativo del pasado o de un solo sector político y
creemos que los DDHH hoy, más que nunca, son temas de actualidad y futuro, son
temas que incluyen la diversidad, el respeto al medio ambiente, el acceso a
cuestiones básicas como el agua o la participación. Observamos con indignación
las crecientes desigualdades sociales y la falta de acceso a niveles dignos de
salud, educación, trabajo y vivienda. Nos oponemos a la violencia real y
simbólica presente en las interacciones sociales, la devastación del medio
ambiente y la privatización y explotación desmedida y voraz de los recursos
naturales. Nos duelen los maltratos institucionalizados y la indiferencia con
que muchas veces los medios tratan a los excluidos, inundándonos de marketing y
frivolidad, haciendo de la población penal hacinada, de una víctima de la
homofobia más brutal o de niños en situación de calle el escándalo de una
semana, a lo sumo, para luego sumergir dichas patologías sociales en las
profundidades del olvido.
Asumimos como pendientes las tareas
de construir una patria donde todas y todos tengamos cabida y reconocemos en
nuestras memorias colectivas la fuente primaria de nuestros aprendizajes de
sobrevivencia, de resistencia y de estrategias de transformación social. Pensar
el mundo de hoy y mañana desde una perspectiva de Derechos no es solo una
alternativa plausible, es un imperativo moral para una Universidad de
inspiración cristiana. Ser indiferente
ante el dolor y la injusticia es ponerse del lado del opresor, diría el
Nobel Saramago.
Nuestra historia reciente, llena de
odio, dolor y muerte, hemos de transformarla en luz y conciencia, nosotros, las
generaciones que recogemos el testimonio de las luchadoras y luchadores por la
defensa de los DDHH en Chile y en nuestra región. La memoria de sus vidas y sus
sueños, son una inspiración para seguir la marcha. Sabemos que durante muchos
años vivieron en la ignominia y la indiferencia, perseguidos y acallados,
acusados por sus perseguidores, tras ello, ocultos tras el manto de olvido que
impuso una democracia fragilizada y llena de pactos implícitos de silencio. Hoy
es tiempo de abrir ventanas y dejar que entre aire fresco, para despercudir la
memoria viva que nos enseñe el futuro.
Es en ese contexto que queremos
instaurar la entrega de un reconocimiento público a una personalidad de nuestra
región, que se haya destacado por su defensa de los DDHH y es en este contexto
que con sentida emoción y enorme gratitud queremos galardonar a la Sra. Adriana
Bórquez Adriazola, valiente luchadora por los DDHH durante décadas. Como
señalara Piglia: A la memoria oficial no
se le contrapone el olvido, sino otras memorias, los vencedores escriben la
historia, los vencidos, la cuentan. Permítanme entonces contarles quién es
la mujer que galardonamos hoy, en una breve y por cierto inacabada semblanza.
Adriana Bórquez Adriazola nace en
Osorno, en1936. Sus estudios los realiza en el Colegio Alemán y en el colegio de la Alianza Francesa, en su ciudad
de origen y, más adelante, en el
Instituto Pedagógico de la U.
de Chile, en Santiago. Ejerce como Profesora de Francés en diversos puntos del
centro de Chile, hasta que llega nombrada en Talca en 1968.
Sufre gradualmente el rigor de la
represión del régimen dictatorial: primero, exonerada política en 1974,
secuestrada por la DINA
en 1975, en los centros de tortura y exterminio en Colonia Dignidad y la
Venda Sexy (también conocida como La Discothèque);
finalmente, parte al exilio en Inglaterra, en 1976, despojada de la vida que
había construido en Chile, más no de sus convicciones.
Allí, a la vez que busca curar las
heridas del cuerpo y el alma, sigue la lucha política de denuncia de los
crímenes contra el pueblo de Chile de la Junta Militar; y, en la Universidad de Oxford
realiza estudios de postgrado, obteniendo el grado de Magíster en Sociología de
la Educación. En
enero de 1979, parte a servir un puesto en Educación al África, en Korogwe y
Moshi, en Tanzanía.
De regreso en Inglaterra, retoma las
actividades de denuncia de las violaciones a los Derechos Humanos bajo
Pinochet, tal como lo hiciera en África y continuó realizando en otros países
europeos. Entretanto, fue testigo de Amnistía Internacional en el juicio que
Colonia Dignidad presentara contra esa organización y la revista alemana Stern
por haber asegurado que en Villa Baviera se torturaba a personas.
Adriana crea y dirige El “Centro de
Documentación e Investigación sobre Detenidos Desaparecidos en Latinoamérica” Búsqueda, organización consultiva de
diversos organismos internacionales.
Durante todo este tiempo, desde la
partida de Chile, ha estado escribiendo en publicaciones en el exilio, de Inglaterra,
Europa, USA, así como en sus prensas locales. Salen a luz algunos libros, como
“Poesías de Exilio” – bilingüe – y “Navidades”.
Regresa a Chile en 1985, a sumarse al trabajo
de diversas Organizaciones de Derechos Humanos, en Santiago, Valparaíso, Talca,
y sigue vinculada a Europa. Entretanto continúa publicando esporádicamente en
diarios y revistas, y realiza actividades solidarias en poblaciones, en centros
y talleres con grupos marginales. En los años ochenta Orlando Lübbert
dirige una película sobre el enclave inspirada en parte en el testimonio de Adriana.
La cinta nunca ha sido exhibida por la televisión chilena. Muchas veces Adriana
protestó frente al portón de Colonia Dignidad. Muchas veces Adriana no fue
oída.
En 1997,
luego de prestar testimonio en innumerables procesos contra el enclave, Adriana
Bórquez demanda a Colonia Dignidad por torturas y trato degradante. Lo mismo
hace otra veintena de ex prisionero en la Colonia.
Por más de 10
años los procesos son cerrados y apelados en los tribunales, a pesar del propio
reconocimiento de los colonos de las prácticas aberrantes de Schäfer y los
servicios de represión de régimen.
El 12 de
septiembre del 2011 la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago
determinó que “puede tenerse por acreditado, en esta fase de la
investigación, que doña Adriana Alicia Bórquez Adriasola fue privada de
libertad el día 23 de abril de 1975 en la ciudad de Talca, a las 03:00 horas, y
trasladada a dependencias de Colonia Dignidad donde fue retenida ilegalmente,
interrogada y sometida a apremios ilegítimos, y presuntamente trasladada luego
a la ciudad de Santiago, a un cuartel de la DINA conocido como “Venda Sexy” o
la “Discotheque”. Por lo que “se somete a proceso a Fernando Gómez
Segovia, a la fecha, General de Ejército en retiro, como autor
del delito previsto y sancionado en el artículo 148 y 150, ambos del Código
Penal, y a Gerhard Mücke como autor del delito previsto y sancionado en el
artículo 141 del mismo Código.”
Esta sentencia
es trascendente para el centenar de personas sometidas a apremios y torturas en
Colonia Dignidad y que a lo largo de casi cuatro décadas han esperado la acción
de la justicia.
El
procesamiento de Gerhard Mücke, uno de los guarda espaldas de Schäfer y
Fernando Gómez Segovia, ex miembro de los servicios de inteligencia
durante la dictadura militar, abre la puerta a nuevos procesamientos de la
cúpula de Dignidad que hasta ahora han gozado de total impunidad en los delitos
de torturas cometidos contra ciudadanos chilenos.
Adriana ha encontrado en la
literatura una vía de reparación. En Chile han aparecido algunos libros de su
autoría: “Un Exilio”, en 1998; “Resistencia”, en el 2000; “Historias de
mujeres” – todos centrados en el tema de la represión.
En el 2009 aparece “Kawéskar (Ser
Pensante de Piel y Hueso)”. Para la
Navidad del 2011, ofrece, en una edición artesanal limitada
su “Poemario”. En la actualidad, no consigue terminar aún otro volumen que,
como los dos últimos, dan una mirada al mundo y a las emociones.
A los 76 años, Adriana es una joven
que todavía “tiene un sueño” y sigue de cerca los acontecimientos del presente.
Es a esta joven soñadora, y por
intermedio suyo a todos los jóvenes soñadores de esta tierra que le otorgamos
este sencillo galardón a la Sra. Adriana Bórquez Adriazola
Pido un aplauso para ella.
Talca, 5 de julio del 2012.
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