El programa de DDHH surge de la necesidad de incorporar, ya de manera explícita y organizada, una mirada fundamental en la formación, desde la Psicología, coherente con los principios de una Universidad de inspiración cristiana relativa al Enfoque de Derechos. De igual forma pretende instalarse como una interfaz de articulación entre diversos actores sociales, así como en un espacio de discusión participación, investigación y vinculación con el medio local, en cuanto a la promoción, difusión y defensa de los DDHH.
Este programa depende del Departamento de Psicología de la Universidad Católica del Maule perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Salud de la misma casa de estudios, ubicados en la ciudad de Talca, Región del Maule, en la zona Centro Sur de Chile.

lunes, 29 de octubre de 2012

Premio a la Defensa de los DDHH en el Maule 2012

Adriana Bórquez se hizo acreedora de la primera entrega del Premio a la Defensa de los DDHH, sencillo reconocimiento entregado por el Programa de DDHH del Departamento de Psicología de la UCM a quienes han luchado y constituyen referente respecto de la defensa y promoción de los DDHH en la Región del Maule

Discurso de entrega del premio, en el contexto de las 1as Jornadas Regionales de DDHH (2012), pronunciadas por el coordinador del Programa de DDHH y Coordinador del Evento, el académico Harún Oda:

Autoridades académicas, representantes de organizaciones públicas y de la sociedad civil, estimados colegas, queridos estudiantes y público asistente. Muy buenos días.

Como coordinador del recién creado Programa de Derechos Humanos del Departamento de Psicología de la Universidad Católica del Maule quisiera compartirles que de algún modo esta es la materialización de un sueño, y que como tal se ha puesto metas altas, relativas a incorporar, ya de manera explícita la temática de Derechos como parte sustantiva del accionar del departamento. Son, como señalaba, metas ambiciosas, pero que consideramos urgentes, puesto que creemos que no es posible concebir una formación académica alejada de ciertas bases mínimas concordadas por la humanidad, tras décadas de discusión de la comunidad internacional y a la sombra de millones de muertes y sufrimientos indecibles a nivel global, como son los derechos fundamentales de hombres y mujeres de este, nuestro planeta. Ese es el fundamento de nuestro Programa de DDHH y nuestros objetivos son:

-         La Promoción y Formación en los Derechos Humanos, con énfasis en la difusión del Enfoque de Derechos y la difusión del reconocimiento en Chile de estándares internacionales de derechos humanos incorporando una mirada amplia de la temática de Derechos que considere junto a los Derechos Civiles y Políticos, los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales. Transversalizando dichos contenidos tanto en la formación de Psicología en pregrado, diplomados, cursos de especialización, extensión  y postgrado.

-         Segundo, el Desarrollo de investigación vinculada a Derechos Humanos, poniendo énfasis en la realidad regional en su más amplio espectro, incluyendo temáticas de Memoria y Reparación, Derechos e Infancia, Derechos y Educación, Derechos y Salud, Género, Contextos Vulnerables, Diversidad y Ciudadanía

-         Por último, la vinculación con el Medio, haciendo del Programa una interfaz efectiva para el diálogo, el debate, la formación y difusión de la temática de Derechos Humanos a nivel regional, articulando redes entre distintos programas, organismos y agrupaciones tanto estatales como de la sociedad civil relacionadas con el tema.


Los DDHH son universales, indivisibles e irrenunciables, deben tender al incremento progresivo, es una obligación de los Estados cautelarlos y garantizarlos y son, qué duda cabe, la carta de navegación moral más básica y consensuada de nuestras sociedades actuales. En momentos en que se habla de colapso del modelo, de cuestionamiento de sentido e incluso de crisis de civilización, en momentos en que la ciudadanía ha hecho del activismo y la movilización social su estrategia para demandar cambios profundos en la forma de articular las relaciones sociales, los DDHH surgen como un faro imprescindible para orientar la marcha y hacer prevalecer ciertas reglas fundamentales, como cánones o criterios de humanidad.

No creemos que baste con generar espacios académicos para librar esta batalla, sabemos que este Programa no es más que una pequeña trinchera, local, larvaria e insuficiente, pero consideramos con optimismo y convicción que la posibilidad que nos da el rol de educadores nos abre infinitas oportunidades multiplicadoras, en nuestros estudiantes y colaboradores, de generar pasos ciertos hacia la promoción de una Cultura de los Derechos Humanos. Galeano nos susurra: Muchas cosas pequeñas, hechas por gente pequeña, en lugares pequeños, pueden cambiar el mundo.

Tenemos la profunda convicción que los DDHH no son un tema privativo del pasado o de un solo sector político y creemos que los DDHH hoy, más que nunca, son temas de actualidad y futuro, son temas que incluyen la diversidad, el respeto al medio ambiente, el acceso a cuestiones básicas como el agua o la participación. Observamos con indignación las crecientes desigualdades sociales y la falta de acceso a niveles dignos de salud, educación, trabajo y vivienda. Nos oponemos a la violencia real y simbólica presente en las interacciones sociales, la devastación del medio ambiente y la privatización y explotación desmedida y voraz de los recursos naturales. Nos duelen los maltratos institucionalizados y la indiferencia con que muchas veces los medios tratan a los excluidos, inundándonos de marketing y frivolidad, haciendo de la población penal hacinada, de una víctima de la homofobia más brutal o de niños en situación de calle el escándalo de una semana, a lo sumo, para luego sumergir dichas patologías sociales en las profundidades del olvido.

Asumimos como pendientes las tareas de construir una patria donde todas y todos tengamos cabida y reconocemos en nuestras memorias colectivas la fuente primaria de nuestros aprendizajes de sobrevivencia, de resistencia y de estrategias de transformación social. Pensar el mundo de hoy y mañana desde una perspectiva de Derechos no es solo una alternativa plausible, es un imperativo moral para una Universidad de inspiración cristiana. Ser indiferente ante el dolor y la injusticia es ponerse del lado del opresor, diría el Nobel Saramago.

Nuestra historia reciente, llena de odio, dolor y muerte, hemos de transformarla en luz y conciencia, nosotros, las generaciones que recogemos el testimonio de las luchadoras y luchadores por la defensa de los DDHH en Chile y en nuestra región. La memoria de sus vidas y sus sueños, son una inspiración para seguir la marcha. Sabemos que durante muchos años vivieron en la ignominia y la indiferencia, perseguidos y acallados, acusados por sus perseguidores, tras ello, ocultos tras el manto de olvido que impuso una democracia fragilizada y llena de pactos implícitos de silencio. Hoy es tiempo de abrir ventanas y dejar que entre aire fresco, para despercudir la memoria viva que nos enseñe el futuro.

Es en ese contexto que queremos instaurar la entrega de un reconocimiento público a una personalidad de nuestra región, que se haya destacado por su defensa de los DDHH y es en este contexto que con sentida emoción y enorme gratitud queremos galardonar a la Sra. Adriana Bórquez Adriazola, valiente luchadora por los DDHH durante décadas. Como señalara Piglia: A la memoria oficial no se le contrapone el olvido, sino otras memorias, los vencedores escriben la historia, los vencidos, la cuentan. Permítanme entonces contarles quién es la mujer que galardonamos hoy, en una breve y por cierto inacabada semblanza.
    
Adriana Bórquez Adriazola nace en Osorno, en1936. Sus estudios los realiza en el Colegio Alemán y en  el colegio de la Alianza Francesa, en su ciudad de origen y,  más adelante, en el Instituto Pedagógico de la U. de Chile, en Santiago. Ejerce como Profesora de Francés en diversos puntos del centro de Chile, hasta que llega nombrada en Talca en 1968.

Sufre gradualmente el rigor de la represión del régimen dictatorial: primero, exonerada política en 1974, secuestrada por la DINA en 1975, en los centros de tortura y exterminio en Colonia Dignidad y la Venda Sexy (también conocida como La Discothèque); finalmente, parte al exilio en Inglaterra, en 1976, despojada de la vida que había construido en Chile, más no de sus convicciones.

Allí, a la vez que busca curar las heridas del cuerpo y el alma, sigue la lucha política de denuncia de los crímenes contra el pueblo de Chile de la Junta Militar; y, en la Universidad de Oxford realiza estudios de postgrado, obteniendo el grado de Magíster en Sociología de la Educación. En enero de 1979, parte a servir un puesto en Educación al África, en Korogwe y Moshi, en Tanzanía.

De regreso en Inglaterra, retoma las actividades de denuncia de las violaciones a los Derechos Humanos bajo Pinochet, tal como lo hiciera en África y continuó realizando en otros países europeos. Entretanto, fue testigo de Amnistía Internacional en el juicio que Colonia Dignidad presentara contra esa organización y la revista alemana Stern por haber asegurado que en Villa Baviera se torturaba a personas.

Adriana crea y dirige El “Centro de Documentación e Investigación sobre Detenidos Desaparecidos en Latinoamérica” Búsqueda, organización consultiva de diversos organismos internacionales.

Durante todo este tiempo, desde la partida de Chile, ha estado escribiendo en publicaciones en el exilio, de Inglaterra, Europa, USA, así como en sus prensas locales. Salen a luz algunos libros, como “Poesías de Exilio” – bilingüe – y “Navidades”.

Regresa a Chile en 1985, a sumarse al trabajo de diversas Organizaciones de Derechos Humanos, en Santiago, Valparaíso, Talca, y sigue vinculada a Europa. Entretanto continúa publicando esporádicamente en diarios y revistas, y realiza actividades solidarias en poblaciones, en centros y talleres con grupos marginales. En los años ochenta Orlando Lübbert dirige una película sobre el enclave inspirada en parte en el testimonio de Adriana. La cinta nunca ha sido exhibida por la televisión chilena. Muchas veces Adriana protestó frente al portón de Colonia Dignidad. Muchas veces Adriana no fue oída.

En 1997, luego de prestar testimonio en innumerables procesos contra el enclave, Adriana Bórquez demanda a Colonia Dignidad por torturas y trato degradante. Lo mismo hace otra veintena de ex prisionero en la Colonia.

Por más de 10 años los procesos son cerrados y apelados en los tribunales, a pesar del propio reconocimiento de los colonos de las prácticas aberrantes de Schäfer y los servicios de represión de régimen.

El 12 de septiembre del 2011 la Octava Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago  determinó que “puede tenerse por acreditado, en esta fase de la investigación, que doña Adriana Alicia Bórquez Adriasola fue privada de libertad el día 23 de abril de 1975 en la ciudad de Talca, a las 03:00 horas, y trasladada a dependencias de Colonia Dignidad donde fue retenida ilegalmente, interrogada y sometida a apremios ilegítimos, y presuntamente trasladada luego a la ciudad de Santiago, a un cuartel de la DINA conocido como “Venda Sexy” o la “Discotheque”. Por lo que “se somete a proceso a Fernando Gómez  Segovia, a la fecha, General de Ejército en retiro, como autor del delito previsto y sancionado en el artículo 148 y 150, ambos del Código Penal, y a Gerhard Mücke como autor del delito previsto y sancionado en el artículo 141 del mismo Código.”

Esta sentencia es trascendente para el centenar de personas sometidas a apremios y torturas en Colonia Dignidad y que a lo largo de casi cuatro décadas han esperado la acción de la justicia.

El procesamiento de Gerhard Mücke, uno de los guarda espaldas de Schäfer y Fernando Gómez  Segovia, ex miembro de los servicios de inteligencia durante la dictadura militar, abre la puerta a nuevos procesamientos de la cúpula de Dignidad que hasta ahora han gozado de total impunidad en los delitos de torturas cometidos contra ciudadanos chilenos.

Adriana ha encontrado en la literatura una vía de reparación. En Chile han aparecido algunos libros de su autoría: “Un Exilio”, en 1998; “Resistencia”, en el 2000; “Historias de mujeres” – todos centrados en el tema de la represión.

En el 2009 aparece “Kawéskar (Ser Pensante de Piel y Hueso)”. Para la Navidad del 2011, ofrece, en una edición artesanal limitada su “Poemario”. En la actualidad, no consigue terminar aún otro volumen que, como los dos últimos, dan una mirada al mundo y a las emociones.

A los 76 años, Adriana es una joven que todavía “tiene un sueño” y sigue de cerca los acontecimientos del presente.

Es a esta joven soñadora, y por intermedio suyo a todos los jóvenes soñadores de esta tierra que le otorgamos este sencillo galardón a la Sra. Adriana Bórquez Adriazola

Pido un aplauso para ella.

Talca, 5 de julio del 2012.

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