Nota de Prensa La Aldea (01/09/2015): Diario universitario del Sur de Chile.
El 30 de agosto se conmemora el Día Internacional del Detenido Desaparecido, fecha sobre la que el Programa DDHH de Psicología de la U. Católica del Maule nos comparte tres aristas imprescindibles para abordar el tema en nuestro país.
La primera, comenta Harún Oda, coordinador del Programa de DDHH de Psicología de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCM, es en relación a los familiares de quienes fueron hechos desaparecer durante la dictadura cívico-militar chilena comprendida entre 1973 y 1990.
"La imposibilidad de poder encontrar los cuerpos y conocer las circunstancias de deceso de sus familiares, cronifica el duelo y dificulta los procesos de cierre, generando un daño psicológico permanente", señaló Oda.
"La desaparición actualiza permanentemente las heridas de quienes han vivido más de 40 años de permanente búsqueda, ante la indiferencia de la mayoría de los actores políticos de la nación", agregó el coordinador.
Impunidad y efectos sociales
Una segunda arista, explica el académico, dice relación con el manto de impunidad que ha cubierto la mayoría de los casos.
"En Chile existen 1.193 personas detenidas y desaparecidas, entre ellas 54 menores de edad y 9 mujeres embarazadas. El 28% fue secuestrado o secuestrada desde sus hogares. La desaparición fue un mecanismo sistemático y planificado como estrategia de encubrimiento de crímenes de lesa humanidad, que a su vez implicó la manipulación de informes y pericias, así como de la información pública difundida en medios de comunicación", expresó Oda.
A juicio del investigador, dicha situación representa una fractura en el estado de derecho permanente, "toda vez que no se han asumido cabalmente responsabilidades institucionales, observándose más bien intentos por mantener estas vulneraciones a los DDHH perpetuadas por pactos de silencio o posiciones negacionistas".
Un tercer abordaje que plantea Oda, dice relación con los efectos sociales de la desaparición forzada. Desde esta perspectiva, "el daño psicosocial de los horrores de la dictadura debe ser comprendido como un trauma masivo, en el cual el terror se instaló en la población con medidas de fuerza desproporcionadas e injustificadas desde todo punto de vista, provocando un efecto de daño psicosocial en la sociedad en su conjunto", sentenció el psicólogo.
Es clave para Chile hoy construir un proyecto social democrático, pluralista y fundado en el respeto, donde exista una arraigada cultura de los DDHH, lo que implica "poder reparar las heridas del pasado, con verdad y justicia, puesto que sin ellas es incomprensible cualquier intento de superación del pasado que logre restablecer pactos sociales en los cuales se incorpore consensualmente la idea de que nunca más permitiremos que en nuestra patria se llegue a despreciar la vida humana de este modo", puntualizó el coordinador del Programa de DDHH de Psicología UCM.
Disponible en: http://www.laaldea.cl/?p=126712
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