El programa de DDHH surge de la necesidad de incorporar, ya de manera explícita y organizada, una mirada fundamental en la formación, desde la Psicología, coherente con los principios de una Universidad de inspiración cristiana relativa al Enfoque de Derechos. De igual forma pretende instalarse como una interfaz de articulación entre diversos actores sociales, así como en un espacio de discusión participación, investigación y vinculación con el medio local, en cuanto a la promoción, difusión y defensa de los DDHH.
Este programa depende del Departamento de Psicología de la Universidad Católica del Maule perteneciente a la Facultad de Ciencias de la Salud de la misma casa de estudios, ubicados en la ciudad de Talca, Región del Maule, en la zona Centro Sur de Chile.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Discurso inaugural y premiación III Jornada Regional DDHH


Autoridades académicas UCM, Expositoras invitadas, representantes de organizaciones de DDHH y del Servicio de Salud del Maule, comunidad universitaria, amigas y amigos, muy buenos días.
Estas III Jornadas Regionales de DDHH se llevan a cabo en medio del debate político respecto de las llamadas reformas estructurales en las que se encuentra nuestro país. Todas estas reformas son producto de las demandas sociales que han reclamado un rol garante del estado en educación, en salud, en trabajo, en justicia, en vivienda, en medio ambiente. Entender en clave de derechos problemas como la pobreza, la exclusión, la desintegración social e incluso la violencia, se ha ido constituyendo en un hegemónico cultural de estos tiempos.
Un trabajador sin capacidad de negociar en equilibrio de poder con su empleador, que lo remplaza al cabo quince días de huelga legal, una estudiante que no puede seguir financiando sus estudios superiores dado el impacto devastador en la precaria economía familiar chilena de un arancel universitario, una persona que muere en una camilla en un pasillo de un hospital, una muchacha que va presa por haber abortado clandestinamente un hijo fruto de un incesto, un niño que muere apuñalado al interior de un centro cerrado del SENAME, una comunidad que consume agua contaminada con arsénico a causa del relave industrial o que respira el aire contaminado por una planta faenadora de animales, un niño mapuche esposado en un tribunal, una mujer transgénero que no logra encontrar empleo y se ve arrojada al ejercicio del comercio sexual, un campesino aymara o cona del norte, sin agua para regar su huerta, empleada por las grandes mineras en sus procesos productivos, la familia expulsada de su barrio por el proceso de renovación urbana entregado al mercado inmobiliario posterior al terremoto, un grupo de mujeres que no puede incorporarse al trabajo de temporadas porque el sistema público de salas cuna no llega a localidades aisladas, una pareja de mujeres lesbianas que no pueden ejercer sus maternidades con el amparo del derecho, un menor de edad linchado por los transeúntes, desnudado, atado a un poste y fotografiado en pleno centro de la capital, un niño de siete años que se aburre en una escuela que no está diseñada para contener la diversidad y entonces es agredido por la iatrogenia psiquiátrica, psicológica y farmacológica del psicodiagnóstico infantil de moda,  una mujer adulta mayor que no puede acceder a tratamiento paliativo en base a medicamentos que contienen cannabis, un discapacitado que debe depender de la caridad contable de las empresas y el espectáculo de los Mass Media para continuar con su proceso de rehabilitación, los miles de trabajadores y trabajadoras que deben viajar dos horas en el transporte metropolitano para llegar a sus trabajos, los profesores y profesoras que no tienen horas suficientes para planificar sus clases, la mujer trabajadora a honorarios del estado, sin derecho siquiera a presentar una licencia médica o a embarazarse, el adolescente que debe modificar sus sueños porque la escuela lo condenó a ser un obrero de baja calificación, enseñándole nada más que obediencia, el joven que pasó meses en una cárcel de alta seguridad acusado de terrorista y fue declarado inocente por falta de pruebas, los miles de niños que son privados del vínculo con sus padres o sus madres en base a un sistema judicial de familias arcaico y patriarcal, el bingo organizado en una junta de vecinos para costear la operación de una niña de la comunidad que no financia el sistema de salud, la masa de invisibilizados presos que fermentan a la sombra de la violencia carcelaria en nuestro sobrepoblado sistema penitenciario, el familiar de un detenido desaparecido que lleva 40 años esperando verdad y justicia, el usuario de salud mental, objeto de múltiples exclusiones, institucionales y también culturales. Todos ellos dilemas sociales que pueden ser comprendidos desde el enfoque de Derechos Humanos, derechos civiles y políticos, y hoy más que nunca, derechos económicos, sociales y culturales.
Los derechos humanos son una plataforma, un mirador desde el cual poder entender nuestro pasado, actuar sobre nuestro presente y proyectarnos hacia nuestro futuro. Los derechos humanos nos igualan, nos hermanan y devuelven la voz a quienes se han mantenido enmudecidos por tanto tiempo. La psicología, como ciencia social, ha de tener un compromiso activo en pos de la emancipación de esos textos no dichos y ha de retornar el protagonismo al ciudadano, entendiendo el concepto de ciudadanía como titularidad de derechos.
Hoy nos convoca el tema de la Salud Mental, entendida como un derecho universal. El psicólogo Ignacio Martín Baró nos provoca, susurrando:

"El saber psicológico debe ponerse al servicio de una sociedad donde el bienestar de los menos no se asiente sobre el malestar de los más, donde la realización de los unos no requiera la negación de los otros, donde el interés de los pocos no exija la deshumanización"

Creemos que es imperativo hacer de nuestra profesión un instrumento de justicia y bienestar social, formando futuros y futuras profesionales de la psicología conscientes de su lugar en el mundo y su responsabilidad, comprometidos con el bien común y disponibles a escuchar con generosidad y respeto, con capacidad de autoobservación y una mirada crítica de sí mismos y del mundo social que les tocó habitar. Creemos que la universidad ha de ser también el lugar donde estas ideas confluyan y reverdezcan, reconociendo que el origen de muchas de ellas está en otros sitios, fuera de la academia, en las comunidades que resisten, en las pequeñas prácticas cotidianas que logran reinclinar la balanza, en experiencias, muchas veces marginalizadas, de transformación.
Sabemos de la importancia de la memoria, esa brújula que nos permite recorrer el camino con sentido histórico. Es por ello que nos hemos dado a la tarea de relevar a aquellos luchadores y luchadoras, que sin mayor reconocimiento y a contramano han dado dura batalla por la defensa de los derechos humanos en nuestra región del Maule.
El Programa de DDHH del Depto. de Psicología de la UCM ha premiado anualmente, desde su creación el año 2012 al defensor o defensora regional de los DDHH. El primer año tuvimos el honor de premiar a la Sra. Adriana Bórquez, ejemplo de coraje y lucha consecuente por la reparación y la justicia en nuestro país. El año 2013 el premio lo recibió el querido Hno. Guido Goessenss, religioso del pueblo e infatigable compañero de los que más han sufrido.
Este año el Departamento de Psicología de la UCM ha decidido otorgar el premio a la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos del Maule, la Sra. Myrna Troncoso Muñoz. Para quienes no la conocen mayormente, me gustaría hacer una breve y sencilla semblanza de su persona, probablemente incompleta y parcial.
Myrna es una mujer talquina fruto de una familia de la casi extinta clase media republicana chilena de provincia, hija de empleados públicos y también hija de su tiempo y de todas las desventuras que la crónica patria puso en su bitácora personal.
Entre los años 1956 y 1961 vivió en Concepción, período en el cual su hermano Ramón fue compañero de estudios de Bautista Von Showen y Miguel Enriquez, fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR. A dicha militancia también se sumó su hermano Ricardo, profesor de biología. Myrna miraba la política con cierta ingenuidad y distancia, sin la militancia de sus hermanos y siguiendo las preferencias electorales de su padre, un hombre cercano al radicalismo.
El golpe de estado de 1973 estalla como una granada de mortero en su vida familiar y tras haber estado escondidos, en medio del terror y la amenaza constante, sus dos hermanos y luego la mujer embarazada y la hija del hermano mayor, se asilan en la embajada de México. Allí y a través de las rejas de la embajada, pudo ver a sus hermanos unas cuantas veces. Su hermano Ricardo decidió abandonar la embajada para sumarse a la resistencia en la clandestinidad, empeñando su vida en pos de la defensa de sus ideales y del proyecto de país en el que creyó. Su acción de absoluto compromiso con su causa obtuvo como respuesta la ferocidad de la violencia golpista. Ricardo Aurelio Troncoso Muñoz fue detenido por un operativo conjunto en el que participaron agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia -DINA- y funcionarios de Carabineros, el día 15 de agosto de 1974, aproximadamente a las 07:30 horas, Posteriormente, junto a otros compañeros y compañeras detenidas fueron trasladados en una camioneta hasta el recinto clandestino de detención y tortura de la DINA, denominado "Londres 38", para luego ser trasladado a “Cuatro Álamos” donde se lo pudo ver, por parte de otros prisioneros, hasta el día 30 de agosto de 1974, fecha en que fue sacado de ese recinto, con destino desconocido hasta la fecha.
Durante años la familia, en especial la madre, hizo todo lo posible por tener noticias del paradero de Ricardo, aún cuando en algún momento, agentes del estado les dijeran incluso que esa persona no existía, y que debía ser producto de la imaginación o de algún estado de locura.
Desde finales de los 80, Myrna, telegrafista por más de 20 años de la empresa de correos, comenzó a asistir al CINTRAS, en Talca, a encontrarse con otras mujeres que habían vivido la experiencia de la violencia política, personas con historias y orígenes diversos, pero con dolores y resistencias comunes. Ella motiva a la organización y asume como representante de la Agrupación en Talca Ya en el año 90 inicia su relación con la recordada Sola Sierra, con Viviana Díaz y muchas tantas compañeras, comenzando, a su vez, un proceso de formación política y transformación personal, de activismo y militancia por una causa con sentido histórico, como es la lucha por la defensa de los DDHH y la exigencia de verdad y de justicia respecto de los crímenes de la dictadura cívico-militar chilena.
En medio de la fractura y de los naufragios, en medio de una historia dramática y desgarradora, de una familia desmembrada por el exilio y la desaparición forzada, por la persecución y la impunidad, aparece también el sentido y la luz. Porque en medio de este estallido es que han emergido mujeres como Myrna, acusadas de locas por los agentes de la dictadura, pero que, parafraseando a Galeano, han sido finalmente un ejemplo de salud mental. Porque estas mujeres, con las fotos de sus familiares prendidas en la solapa, se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria. Porque vienen a recordarnos que pase lo que pase y por dura que aparezca la derrota, siempre habrá alguien buscándonos entre medio del silencio y el horror, repitiendo nuestro nombre y agitando nuestras banderas, demostrándonos que el amor vive siempre más que el odio y que la memoria triunfa sobre la muerte. Esa certeza nos insufla vida y coraje. Esa certeza también es motor de sueños.
Como agrupación regional han logrado mantener el tema de los derechos humanos y la violencia política de la dictadura sobre el tapete, una y otra vez, incomodando a todos quienes prefieren dar vuelta la página, esconder el pasado bajo la alfombra o incluso profitar de la causa de los Derechos Humanos. Dando esta pelea es que se ha conseguido participar regularmente en actividades de conmemoración y denuncia, se ha levantado un memorial en el cementerio municipal de Talca, así como esculturas alusivas a la memoria en San Javier, la Alameda de Talca y la UTAL. Hoy la batalla es lograr transformar a la infame Colonia Dignidad un sitio de memoria y no en un lugar de lucrativo turismo privado, un espacio que nos recuerde que no debemos permitir que vuelva a ocurrir lo que sucedió en esta tierra, que el crimen no queda impune y que quienes sobrevivieron han elegido no olvidar.
Hace un par de días, conversando con Myrna, me decía: “Esto ya no es solo por mi hermano Ricardo, es por todos, por todas. Es resistirse a todo lo que está mal y esta batalla es tan grande que siento que me faltó vida para seguir luchando…”.
Querida Myrna, quienes te conocemos sabemos cuanta vida late aún en tu pecho y confía en que todos quienes, desde más cerca o más lejos, hemos sido testigos de tus batallas seguiremos adelante, pasando el testimonio de una generación a otra, haciendo que el nombre tuyo y el tu hermano Ricardo sigan vivos en la memoria de los que anhelan un Chile más justo y solidario donde la gente viva feliz y sea, por fin, protagonista de la historia.
Nos satisface entregar el Premio Regional a la Defensora de los DDHH 2014 a la Presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados Políticos del Maule, la Sra. Myrna Troncoso Muñoz. Hace entrega del premio en Director de Escuela de Psicología de la UCM, Sr. Mauricio Maya Salinas.

Mag. Harún Oda
Psicólogo
Académico UCM
Coordinador Programa de DDHH


  

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